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Mostrando entradas de diciembre, 2010

TEJIDO DE SUEÑOS Y PLACERES

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© Xabier Lizarraga Hoy, como ayer —según creo recordar—, desperté sin haber dormido: estaba sentado en la penumbra de un recuerdo cuando se abrió la ventana del reloj para cantarme el amanecer, lanzando rayos oblicuos a mis pupilas… disolviendo imágenes que me mantenían en contacto con horas pasadas y sensaciones olvidadas; abriendo puertas que quiero… pero no sé si realmente quiero trasponer. La duda me teje los instantes… si… ¿si...? no… ¿no...? Las dudas parecen cosidas con pequeñas puntadas de bordadora paciente; cosidas a mi sienes, a mi frente, a mi nuca., a mis párpados, a mis labios que no se atreven a reir pero tampoco quieren cerrar puertas a las alegrías.  Son más dudas que las de ayer, y mientras sea posible acumularlas sin lastimar demasiado a los recuerdos, seguiré mimándolas. ¿Habré imaginado que despertaba cuando mi mano recorría sin pudor mi vientre, llegando al prado ondulante de las erecciones? O habré soñado que dormía y sólo me masturbé pensando en los bellos

SIDA: ENTRE LA PROFILAXIS Y LA RECUPERACIÓN DEL PLACER SEXUAL

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© Xabier Lizarraga Cruchaga A través de una historia sexo-social mediada por la erotofobia, por la desconfianza y la mirada sospechosa, en sociedades modernas, como las nuestras, con un alto nivel tecnológico pero muy deteriorado ambiente afectivo, se ha insistido en reducir la sexualidad a un mero folklore de corte reproductivo y a una comercialización de los placeres; una sexualidad no sólo genitalizada sino estereotipada… acotada por la heteronormatividad y la mirada clínica, atravesada por una doble moral miope y asfixiada por concepciones binomiales, por estrechas significaciones que dejan atrás al sujeto del deseo para centrarse en los individuos sujetos a un “deber ser” de recetario. Con la identificación del SIDA como pandemia y como “enfermedad” de trasmisión sexual (en la década de los 80 del siglo XX), el ejercicio de la sexualidad volvió una vez más a estar en la mira del censor, del vigilante, del médico y el juez; una vez más se la contemplaba como riesgosa… después